
Nuestros jóvenes están comprometidos con la evangelización de la palabra de Dios. Todas y todos con un testimonio de transformación en donde Jesús operó en sus vidas, sin importar su edad. Sabemos que estamos en una época en donde satanás quiere destruir a todo jóven, ya que son ellos la fuerza y el vigor de un ministerio, Dios busca la vida de los jóvenes para usarlos grandemente, es por eso nuestro enfoque de trabajar con jóvenes y de impartir el evangelio a través de los mismos. Todo joven tiene pruebas, luchas y debilidades, pero es ahí en donde Dios ve el esmero y fidelidad de cada uno de ellos, en donde a pesar de todo están ahí, trabajando para la obra del señor, creemos firmemente que Dios hará de cada uno de ellos futuros pastores, líderes, maestros, evangelistas, adoradores, etc
¿Por qué consideramos importante la juventud en la predicación del evangelio?
- Energía y entusiasmo: La juventud suele tener una energía contagiosa y un entusiasmo genuino por compartir su fe. Su pasión por Jesús inspira a otros y rompe barreras generacionales.
- Conexión con su generación: Los jóvenes pueden conectar con otros jóvenes de una manera que a veces los adultos no pueden. Comprenden las inquietudes, las dudas y las aspiraciones de su generación, lo que facilita la comunicación del mensaje de esperanza.
- Frescura y creatividad: La juventud aporta nuevas ideas y formas de comunicar el evangelio. Son más propensos a usar medios y plataformas digitales para llegar a un público amplio.
- Un testimonio de transformación: La historia de un joven que ha encontrado a Cristo y ha sido transformado por su amor es un testimonio poderoso. Muestra que el evangelio es relevante para todas las edades y que puede cambiar la vida de cualquier persona.
Predicando el evangelio:
- Misiones: Los jóvenes participan en misiones locales e internacionales, llevando la palabra de Dios a las comunidades necesitadas.
- Testimonios personales: Los jóvenes comparten sus experiencias personales con Cristo, mostrando cómo ha impactado sus vidas.
A pesar de los desafíos que enfrenta la juventud en nuestros días, la juventud que predica el evangelio es una fuerza vital para nuestra iglesia. Su energía, entusiasmo y conexión con su generación son esenciales para llevar el mensaje de esperanza a un mundo que lo necesita, un mundo en donde cada vez es más común ver jóvenes en la delincuencia, prostitución, drogadicción, y tantos vicios con los que el diablo quiere destruir a esta generación. Es por eso que le damos importancia en colocar en el corazón de cada uno de ellos la palabra del Señor.
Es importante recordar que la predicación del evangelio no se limita a hablar en público. También se puede hacer a través de acciones, de una vida que refleja el amor de Cristo y de la construcción de relaciones auténticas con las personas.