abril 16, 2025

Evangelismo

Nuestros jóvenes están comprometidos con la evangelización de la palabra de Dios. Todas y todos con un testimonio de transformación en donde Jesús operó en sus vidas, sin importar su edad. Sabemos que estamos en una época en donde satanás quiere destruir a todo jóven, ya que son ellos la fuerza y el vigor de un ministerio, Dios busca la vida de los jóvenes para usarlos grandemente, es por eso nuestro enfoque de trabajar con jóvenes y de impartir el evangelio a través de los mismos. Todo joven tiene pruebas, luchas y debilidades, pero es ahí en donde Dios ve el esmero y fidelidad de cada uno de ellos, en donde a pesar de todo están ahí, trabajando para la obra del señor, creemos firmemente que Dios hará de cada uno de ellos futuros pastores, líderes, maestros, evangelistas, adoradores, etc

¿Por qué consideramos importante la juventud en la predicación del evangelio?

  • Energía y entusiasmo: La juventud suele tener una energía contagiosa y un entusiasmo genuino por compartir su fe. Su pasión por Jesús inspira a otros y rompe barreras generacionales.
  • Conexión con su generación: Los jóvenes pueden conectar con otros jóvenes de una manera que a veces los adultos no pueden. Comprenden las inquietudes, las dudas y las aspiraciones de su generación, lo que facilita la comunicación del mensaje de esperanza.
  • Frescura y creatividad: La juventud aporta nuevas ideas y formas de comunicar el evangelio. Son más propensos a usar medios y plataformas digitales para llegar a un público amplio.
  • Un testimonio de transformación: La historia de un joven que ha encontrado a Cristo y ha sido transformado por su amor es un testimonio poderoso. Muestra que el evangelio es relevante para todas las edades y que puede cambiar la vida de cualquier persona.

Predicando el evangelio:

  • Misiones: Los jóvenes participan en misiones locales e internacionales, llevando la palabra de Dios a las comunidades necesitadas.
  • Testimonios personales: Los jóvenes comparten sus experiencias personales con Cristo, mostrando cómo ha impactado sus vidas.

A pesar de los desafíos que enfrenta la juventud en nuestros días, la juventud que predica el evangelio es una fuerza vital para nuestra iglesia. Su energía, entusiasmo y conexión con su generación son esenciales para llevar el mensaje de esperanza a un mundo que lo necesita, un mundo en donde cada vez es más común ver jóvenes en la delincuencia, prostitución, drogadicción, y tantos vicios con los que el diablo quiere destruir a esta generación. Es por eso que le damos importancia en colocar en el corazón de cada uno de ellos la palabra del Señor.

Es importante recordar que la predicación del evangelio no se limita a hablar en público. También se puede hacer a través de acciones, de una vida que refleja el amor de Cristo y de la construcción de relaciones auténticas con las personas.

Pastora y Misionera, Sierva de Dios Yisel Delgado Llerena, nacida el 6 de febrero de 1969 en el distrito de San José de los Molinos, Ica-Perú. Conoció al señor a la edad de 17 años, empezando su servicio en el ministerio a los 18, desde entonces su vida, juventud y tiempo se lo entregó al señor, a pesar del cansancio, y necesidades que pudo pasar, su amor a Dios hizo que dejara muchas cosas atrás, viviendo experiencias que la llevó a comprometerse mucho más con la obra como servidora, luego como Obrera, predicando el evangelio el lugares alejados, lugares en donde muchas veces la gente cree que la vida no vale nada, pero ahí estaba nuestra pastora, llevando el mensaje de amor para esas vidas, un mensaje de aliento, fe, y esperanza, atravesando dificultades, en constantes luchas lo cual no hizo que nuestra sierva, guerrera del señor se rinda, llegó a conocer a plenitud el poder, la grandeza y el amor del Espíritu Santo, en donde después de mucho sacrificio, Dios la eligió como sucesora del siervo Julio Alvarado, Dios ha guiado su obra a través de ella, abriendo anexos en distintos lugares, expandiendo su obra, cumpliendo la promesa dada, nuestra de Dios es una mujer trabajadora, cuando es para Dios, ella no conoce el cansancio, ella siempre está ahí, trabajando en la obra del señor, predicando su palabra, llevando el evangelio a distintos lugares guiada por el Espíritu Santo, siempre está aconsejando a los jóvenes, dispuesta a ayudar, siempre servicial, sin escatimar nada, enseñándonos la palabra del señor, instando a la oración y búsqueda del Señor en todo momento, en espíritu y en verdad, transmitiendonos sus conocimientos, teniendo paciencia con cada uno de nosotros, cuidándonos como una gallina cuida a sus polluelos, sufriendo por nuestros dolores y alegrandose de nuestras victorias. Una sierva muy amada, y respetada por todos, se ve su trabajo, su esfuerzo y dedicación, en donde se da a notar una vida en el Señor, toda la fuerza de su juventud la entregó al señor, 37 años de ministerio, de trabajo, y aun sigue en la obra del Señor.

Ésta obra se fundó en el año 1985 por la guianza del señor a través del entonces Siervo del Señor Julio Alvarado; y al día de hoy luego de su partida en el 2003 esta obra tiene como cargo a la Sierva del Señor Yisel Delgado en donde Dios renovó su pacto también con ella para seguir con el crecimiento de esta obra guiada por el Espíritu Santo.

Tenemos la gran comisión de predicar la buena noticia de la salvación que Dios ofrece a la humanidad a través de Jesucristo. Llevar el mensaje de amor, perdón y esperanza que se basa en la vida, muerte y resurrección de Jesús.

¿Por qué se debe compartir el Evangelio?

  • Porque es un mensaje de esperanza: El Evangelio ofrece una solución a los problemas de la vida, como el pecado, la muerte y la separación de Dios. Promete una vida nueva, llena de propósito y significado.
  • Porque es un mensaje de amor: Dios nos ama tanto que envió a su Hijo para morir por nosotros y reconciliarnos con Él. Compartir el Evangelio es compartir ese amor con los demás.
  • Porque es un llamado a la acción: El Evangelio nos invita a seguir a Jesús, a vivir una vida transformada por su amor y a compartir su mensaje con el mundo.
  • Porque es un mandato de Dios: Jesús mismo dijo a sus discípulos: «Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura» (Marcos 16:15).

Convertirse a Cristo significa aceptar a Jesús como Señor y Salvador de tu vida. Es un acto de fe que implica:

  • Reconocer que eres pecador: Todos hemos pecado y estamos separados de Dios.
  • Arrepentirte de tus pecados: Cambiar tu forma de pensar y vivir, volviéndote de tu camino pecaminoso hacia Dios.
  • Creer en Jesús como tu Salvador: Aceptar que Jesús murió en la cruz por tus pecados y que resucitó para darte vida eterna.
  • Entregarle tu vida a Jesús: Ponerte bajo su autoridad y permitirle dirigir tu vida.

Convertirse a Cristo no es solo un acto religioso, es una transformación personal. Es un cambio de corazón que te permite vivir una vida plena y llena de propósito.

Es importante recordar que la decisión de seguir a Cristo es personal. Nadie puede obligarte a creer, pero el Evangelio te ofrece la oportunidad de conocer a Dios y experimentar su amor en tu vida.